Buena comida en Viena, algo alejada del centro



Viena posee excelentes restaurantes y mesones, no sólo en el centro de la ciudad. He aquí un pequeño recorrido por lugares interesantes situados fuera de los distritos centrales.
En la poco espectacular Wallensteinstrasse del escasamente atractivo distrito 20 de Viena, nadie espera encontrar un centro gourmet. Y sin embargo, en el número 59 de la calle se halla el Mraz und Sohn, uno de los mejores restaurantes de la ciudad. La Guía Michelin Main Cities of Europe 2016 considera que “merece la pena acercarse“ y le ha concedido dos estrellas por su cocina creativa e innovadora, su servivio profesional y afectuoso, así como las excelentes recomendaciones de vinos del equipo de Markus Mraz. Aún sin categorización en las guías gastronómicas se encuentra el Amador’s Wirtshaus und Greißlerei del distrito 19, inaugurado en marzo de 2016 por el cocinero estrella alemán Juan Amador y el famoso viticultor vienés Fritz Wieninger. Este establecimiento ofrece dos delicados menús de seis platos, mientras que en la tienda puede encontrarse una selección de productos delicatessen.
A los amantes de los alimentos poco corrientes les merece la pena acercarse al límite sur de la ciudad. Allí, en una una granja de 400 años de antigüedad, Andreas Gugumuck se dedica a reavivar una delicia vienesa tradicional: la cría de caracoles de viña a campo abierto, especialidad que sirve en su Bistro am Gugumuck-Hof. Asimismo en el distrito 10, cerca de la estación final de la línea de metro U1, se halla el Meixner’s Gastwirtschaft, donde se prepara una cocina vienesa de alto nivel. Este mesón es famoso, entre otros, por sus platos de cordero y presenta una impresionante carta de vinos y cervezas.
En general parece ser que las paradas finales de los transportes públicos son lugares adecuados para buenos locales gastronómicos. Junto a la parada final del tranvía 43, en el distrito 17, se ha revitalizado hace poco un legendario mesón que había permanecido cerrado durante años. El Pichlmaiers Zum Herkner apuesta por los platos clásicos de la cocina austríaca, como por ejemplo Beuschel (pulmón), Schnitzel (escalopa) y Gulasch, servidos en la mejor calidad. Cerca de la parada final del tranvía 40, en el vecino distrito 18, el mesón Herbeck presenta una carta de buena cocina burguesa con un toque innovador. En verano puede gozarse de una gran terraza exterior a la sombra de viejos árboles. Y en la parada final del 38, en el distrito 19 y en pleno barrio viticultor de Grinzing, la viticultora Jutta Kalchbrenner realiza su versión propia de una auténtica taberna: en Buschenschank in Residence se sirven los mejores vinos de cosecha propia (Bodegas Jutta Ambrositsch) y un bufé con delicias gastronómicas regionales que no sigue la cultura de masas de muchas tabernas actuales.